Al elegir un sérum facial, es importante considerar el tipo de piel que tienes y cuáles son tus necesidades.
Los sérums antioxidantes y antiedad funcionan para todo tipo de pieles aportando reparación y luminosidad, pero sobre todo para las pieles más maduras. Además, mejora la elasticidad disminuyendo arrugas y líneas de expresión, dándole un aspecto terso y fino a la piel. Gracias al sérum conseguimos una piel rejuvenecida, sin arrugas, elástica y resplandeciente.
Los pertenecientes a la línea de firmeza y luminosidad son aptos para todo tipo de pieles, pero especialmente útiles en pieles sensibles y propensas a sufrir picores e irritaciones. Unifica el tono de la piel y difumina las manchas. Además, aportan luminosidad a la piel y calman las rojeces.