● Edad. El paso del tiempo tiene como efecto en la piel una pérdida de su elasticidad cuyos síntomas se empiezan a notar mediante arrugas prematuras. Las primeras patas de gallo aparecen a los 30 años aproximadamente, y se van acentuando a partir de los 40.
● Gesticulación. Unidos a la pérdida de elastina y colágeno que se produce al envejecer, las zonas de los músculos que realizan movimientos repetitivos se van marcando poco a poco.
● Genética. Puede ocurrir que por herencia genética estés más o menos predispuesta a tener arrugas en los ojos, sobre todo en una edad prematura.
● Deshidratación y mala alimentación. Si no te hidratas correctamente y tu alimentación es pobre en nutrientes vas a acelerar el envejecimiento del contorno de ojos.
● Exposición al sol y Fotoenvejecimiento. Aquí se combinan 2 causas: la acción oxidante de los radicales libres en la piel, y la gesticulación acentuada al entrecerrar los ojos.