En cuanto a la forma de uso, puedes utilizarlo en estado puro o en soluciones cosméticas. Te recomendamos que si vas a usarlo directamente consultes con tu dermatólogo la cantidad adecuada para tu piel.
Esto es importante, puesto que usar una cantidad inadecuada puede provocar enrojecimiento, sensibilidad a la luz, sensación de quemazón e incluso lesiones en tu piel.
Nuestro consejo es que lo uses integrado en fórmulas equilibradas para hidratar, regenerar y purificar tu rostro, como nuestro Limpiador facial micelar nutritivo, que elimina eficazmente las impurezas y potencia la regeneración celular incluso en las pieles más sensibles.
