· Ojeras temporales o transitorias
Las ojeras temporales o transitorias pueden aparecer en momentos puntuales de la vida manifestándose como un oscurecimiento orbitario de color azulado, rojo o violáceo que desaparece tras un tiempo.
Estas ojeras, que algunos profesionales catalogan de agudas, son las más comunes y surgen generalmente por efecto del estrés, el cansancio, la falta de sueño o por una alimentación e hidratación deficientes.
· Ojeras flácidas
Las ojeras flácidas se manifiestan por la pérdida de elasticidad y la falta de hidratación que puede favorecer la aparición de bolsas.
Además del propio proceso de envejecimiento cutáneo, una excesiva gesticulación o una sobreexposición a la radiación solar también pueden ser el origen de este tipo de ojeras.
· Ojeras vasculares
Entre los diferentes tipos de ojeras, las vasculares muestran un color azul, morado o rosado.
Surgen cuando los vasos sanguíneos se dilatan, esencialmente por problemas circulatorios, y la piel de los párpados se vuelve más fina con el paso del tiempo.
Son más habituales en personas con pieles claras en las que se traslucen los vasos sanguíneos con mayor facilidad.
· Ojeras hundidas o en forma de surco
Las ojeras hundidas se muestran como un surco marcado que se extiende por todo el párpado inferior hasta la mejilla.
Se las conoce igualmente como valle de lágrimas y pueden venir acompañadas de flacidez y formación de arrugas.
Pueden originarse por una pérdida de grasa rápida e importante ligada a un adelgazamiento acelerado, o bien ser consecuencia del envejecimiento de la piel, más acusado en zonas tan sensibles como los párpados.
· Ojeras pigmentadas
Las ojeras pigmentadas adoptan un color oscuro, que puede ser marrón o amarillento. Incluso en algunos casos se manifiesta como un tipo de ojeras negras.
Suelen estar provocadas por una producción excesiva de melanina que puede deberse a:
- Herencia genética.
- Eccemas.
- Dermatitis atópica.
Igualmente, cuando una persona sufre algún tipo de afección como alergias, alteraciones hormonales, conjuntivitis, etc., es más propensa a sufrir ojeras.