Ácido salicílico: qué es, para qué sirve y beneficios para la piel

El ácido salicílico ayuda a prevenir la aparición de espinillas, tratar brotes de acné o reducir manchas de la piel. Su acción exfoliante desde dentro hacia afuera consigue limpiar en profundidad los poros evitando que se obstruyan y mejorando la oxigenación de la piel. 

Sin embargo, puede producir irritaciones o inflamaciones en la piel, sobre todo cuando se utiliza en concentraciones altas. 

En este artículo vamos a abordar qué es el ácido salicílico, para qué sirve y qué beneficios puede brindarte. Además, vamos a explicarte cómo puedes usarlo

¿Qué es el ácido salicílico?

El ácido salicílico es una molécula orgánica de la familia de los betahidroxiácidos (BHA) conocida como ácido 2-hidroxibenzoico. Es muy apreciado por su acción exfoliante, antiinflamatoria, despigmentante y antiedad.  Pertenece a los llamados queratolíticos, sustancias que propician la descamación de la capa córnea de la piel.  Se encuentra de forma natural en la corteza del sauce que contiene salicina, sustancia en la que se encuentra este ácido. El ácido salicílico se halla igualmente en el abedul y en las hojas de gaulteria.

Su efecto desmolítico, es decir, que rompe los desmosomas o uniones intercelulares, participa en la renovación de la piel por descamación. Esta acción se ve potenciada por su poder antibacteriano y antiinflamatorio, resultando muy eficaz en el control de los brotes de acné y otras afecciones cutáneas. 

De acuerdo con la documentación histórica, ya en el siglo V, Hipócrates aconsejaba a sus pacientes una sustancia de la corteza del sauce para aliviar el dolor. No obstante, el uso de la corteza del sauce blanco, concretamente como antipirético se extendió a partir del siglo XVIII.

Actualmente, se suele utilizar por vía tópica en diferentes concentraciones en todo tipo de formulaciones para el tratamiento de la piel y el cabello combinado con otros principios activos.  

ácido salicílico para la cara

¿Cómo funciona el ácido salicílico?

La parte “hidroxi” del ácido salicílico que es, como hemos avanzado, un betahidroxiácido, se encuentra separada de la parte ácida por 2 átomos

Al contar con una zona lipofílica, resulta muy afín a las grasas y a los aceites de la piel al ser liposolubles, a diferencia de los alfahidroxiácidos como el ácido glicólico que son hidrosolubles. 

Esto confiere a los betahidroxiácidos la capacidad de penetrar en capas más profundas de la piel que los alfahidroxiácidos. 

Por este motivo, funcionan muy bien como controladores del sebo y en el tratamiento de los puntos negros, de las espinillas y del acné, al exfoliar de dentro hacia afuera.

¿Para qué sirve el ácido salicílico en cosmética?

Más allá de su papel antipirético y analgésico en la industria farmacéutica como materia prima para obtener ácido acetilsalicílico, el ácido salicílico como ingrediente de formulaciones dermocosméticas despliega su potencial por sus propiedades exfoliantes y antisépticas

Puedes encontrarlo en soluciones que se aplican por vía tópica como polvos, cremas, pomadas, sérums, parches, etc. 

De igual modo, puedes encontrarlo en productos de higiene corporal como geles, champús y jabones.

Así las cosas, los dermatólogos suelen recomendar el ácido salicílico para la cara en el tratamiento del acné pero también para las verrugas, aunque se le dan otros usos en los que vamos a hacer hincapié en los apartados sucesivos.

· Exfoliante y desmolítico

Al romper las estructuras que unen las células unas con otras, las separa de la epidermis favoreciendo su exfoliación, renovación de la piel y mejora de su textura

Sin embargo, se trata de una exfoliación suave que respeta las capas más profundas de la piel porque solo rompe las adherencias más externas.

Por otro lado, dado que se trata de una molécula lipofílica penetra en la grasa de los poros obstruidos potenciando su limpieza y es que al no obstruirse, evita que se produzca el acné y de ahí sus buenos resultados en las pieles grasas. Dicho esto, queda claro que no solo trata, sino que ofrece un efecto preventivo.

Asimismo, se trata de un ingrediente eficaz para tratar, también, eczemas, dermatitis seborreica, ictiosis o hiperhidrosis, entre otras afecciones de la piel.

· Cáustico

En algunas preparaciones y dependiendo de su concentración se utiliza como cáustico para eliminar verrugas y callos. Este betahidroxiácido permite eliminar la piel muerta, seca y engrosada hasta disolverlos. 

Antes de proseguir es importante señalar que el ácido salicílico no debe usarse en: 

  • Verrugas genitales.
  • Verrugas en la cara, nariz, boca.
  • Verrugas en las que crece el vello.
  • Lunares.
  • Manchas de nacimiento.

· Despigmentante

El ácido salicílico penetra hasta el interior del folículo y desprende las células muertas por lo que la piel se oxigena

Gracias a este proceso, facilita la eliminación de hiperpigmentaciones y manchas, unificando el tono de la piel y aumentando su luminosidad.

· Bactericida y fungicida

Por su acción bactericida y fungicida es un ingrediente eficaz para combatir la caspa

Además, suele incorporarse en diferentes soluciones por su poder conservante puesto que evita la proliferación de microorganismos.

· Antiinflamatorio

El ácido salicílico cumple con una función antiinflamatoria con la que completa sus efectos beneficiosos en el tratamiento del acné o en brotes de afecciones dérmicas como la psoriasis.

Beneficios del ácido salicílico

A modo de recopilación, te hemos preparado la siguiente lista de qué hace el ácido salicílico en la piel

  • Disuelve las células muertas por su efecto queratolítico, a través de una exfoliación profunda.
  • Previene infecciones en la piel por su acción antiséptica y antibacteriana.
  • Previene y elimina granos, espinillas y puntos negros al limpiar en profundidad los poros obstruidos.
  • Regula la producción de sebo, equilibrando las pieles con tendencia a ser grasas o a sufrir de acné.
  • Ayuda a conseguir una piel más uniforme y luminosa.
  • Limpia en profundidad.
  • Previene el enquistamiento que impide que el pelo quede bloqueado sin poder atravesar todas las capas de la piel.
  • Frena la aparición de arrugas por su efecto regenerante, consiguiendo una piel más elástica y firme. 

Como ocurre con otros ingredientes cosméticos, para beneficiarte de todas las bondades del ácido salicílico, es preciso que sepas cómo usarlo. 

beneficios del ácido salicílico

¿Cómo usar el ácido salicílico? 

El ácido salicílico se utiliza de diferentes formas según para qué lo vayas a usar: 

  • Vía oral. Bajo la forma de ácido acetilsalicílico que se conoce como aspirina y se emplea como analgésico y antipirético.
  • Vía tópica. Se incorpora como ingrediente en todo tipo de formulaciones para el tratamiento de la piel y el cabello. También se utiliza en concentraciones más elevadas para realizar peelings.  

En general, te recomendamos que respetes las instrucciones de los productos que incorpores en tus tratamientos para la piel y que, en caso de duda, acudas a un profesional especializado.  Por otro lado, la mejor manera de incorporar el ácido salicílico a tu rutina facial es ir incorporándolo poco a poco para que la piel se acostumbre, como puede ocurrir con el retinol

Puedes empezar a utilizarlo en días alternos, para ir acostumbrando tu piel e introducirlo de forma gradual, o bien utilizarlo de dos a tres veces a la semana para que compruebes cómo tolera tu piel este componente.

Precauciones a la hora de usar el ácido salicílico

Así como su uso correcto tiene los beneficios ya mencionados, empleado en exceso puede provocar irritaciones y resecar la piel. 

De esta forma, una de las precauciones que debes adoptar en el uso del ácido salicílico es utilizar la concentración justa para evitar efectos secundarios como la irritación de la piel.  En los tratamientos cosméticos, esta concentración se sitúa entre el 0,5 y el 2 %.  Por otro lado, en caso de que tengas la piel sensible y estés utilizando un tratamiento con retinol, debes tener cuidado con la cantidad de ácido salicílico que vayas a utilizar.

Además, se trata de un componente no recomendado para usar conjuntamente con resorcinol, peróxido de benzoílo o isotretinoína. El ácido salicílico tampoco es recomendable en el embarazo, de modo que no lo utilices si estás embarazada o si crees que puedes estarlo. 

En cualquier caso, insistimos en nuestra recomendación de consultar con tu dermatólogo de confianza a la hora de introducir cualquier ingrediente nuevo en tu rutina de cuidados.

· ¿Puede combinarse el ácido salicílico y la vitamina C?

A estas alturas del artículo ya has descubierto los efectos beneficiosos que puede proporcionarte el ácido salicílico en el tratamiento del acné.  La vitamina C cuenta con propiedades antiinflamatorias y antibacterianas por lo que puedes considerar utilizarlos conjuntamente para potenciar sus efectos. 

Debes tener presente que ambos son componentes ácidos, por lo que debes extremar la precaución en su combinación. Lo ideal es alternarlos para evitar irritaciones.  

¿Qué pasa si utilizas el ácido salicílico a diario?

Si te preguntas qué pasa si utilizas el ácido salicílico todos los días sin descanso debes considerar que puede provocar efectos secundarios, sobre todo en concentraciones altas, como: 

  1. Sequedad o irritación.
  2. Fotosensibilidad, es decir, aumento de la sensibilidad de la piel a la radiación ultravioleta.
  3. Debilitamiento de la barrera cutánea.
  4. Potenciación de irritaciones y enrojecimientos en caso de padecer eczemas, rosácea o algún tipo de dermatitis.

Diferencias entre los alfahidroxiácidos y los betahidroxiácidos

Para terminar, queremos apuntar las diferencias más importantes entre los alfahidroxiácidos y los betahidroxiácidos, a fin de que estés al tanto del efecto de cada uno de ellos y sepas elegir entre ellos según corresponda, ya que cada uno presenta características y beneficios específicos.

Los AHA, como el ácido glicólico, láctico o mandélico, son solubles en agua y se caracterizan por una exfoliación superficial que ayuda a eliminar las células muertas de la piel. Son especialmente útiles para pieles secas y deshidratadas, ya que estimulan la renovación celular y mejoran la luminosidad de la piel. Sin embargo, su acción superficial puede no ser suficiente para tratar problemas más profundos como los poros obstruidos o el acné.

Te proponemos una alternativa de producto con ácido glicólico:

  • Gel Radiant PSS de atashi. Ejerce un efecto flash peeling e hidrata en profundidad, ya que el ácido glicólico, con propiedades exfoliantes, deja la piel lisa y purificada al instante. En su formulación también encontramos la creatina, que mantiene la vitalidad de la piel, dándole un aspecto joven y saludable.

Por otro lado, los BHA, como el ácido salicílico, son solubles en aceite y tienen la capacidad de penetrar profundamente en los poros de la piel. Esto los hace ideales para pieles grasas, mixtas o con tendencia al acné, ya que pueden despejar los poros, reducir la inflamación y regular la producción de sebo. Sin embargo, su acción profunda puede ser demasiado intensa para pieles secas o sensibles, y en algunos casos puede causar irritación.

Centrándonos en las diferencias entre el ácido salicílico y el ácido glicólico, podemos observar que ambos tienen diferentes mecanismos de acción y beneficios para la piel. Mientras que el ácido salicílico actúa en profundidad despejando los poros y ofreciendo un efecto de peeling químico, siendo eficaz en pieles mixtas y grasas, pero potencialmente irritante para pieles secas o sensibles, el ácido glicólico, por su parte, actúa como exfoliante superficial, mejorando la apariencia de la piel y favoreciendo la hidratación.

Esto lo hace especialmente útil para pieles normales a secas y con tendencia acnéica, ya que favorece la renovación celular de manera controlada.

En resumen, la elección entre el ácido salicílico y el ácido glicólico dependerá de las necesidades individuales de la piel, su tolerancia y los resultados deseados. Siempre es recomendable realizar una prueba y consultar con un dermatólogo antes de incorporar cualquier producto nuevo en la rutina de cuidado de la piel.

Farmacéutica Licenciada por la Universidad de Alcalá de Henares, con más de 25 años de trayectoria profesional y de gran autoridad en el sector de la belleza saludable. Especialista en la conceptualización, investigación y desarrollo de productos en la industria dermofarmacéutica y nutricosmética para el cuidado y salud de la piel. Apasionada de la industria dermofarmacéutica, es miembro del Claustro de Profesores del Centro de Estudios Superiores de la Industria Farmacéutica (CESIF).