Sin una microbiota saludable las bacterias patógenas, los hongos, arqueas y virus que habitan en tu piel pueden atacarla desencadenando procesos inflamatorios y otras afecciones.
En el mismo orden de cosas, la flora cutánea sana participa de manera continuada en la regulación de la inflamación. Piensa que una piel estéril, es decir, que no contenga los microorganismos necesarios para protegerse, se va a inflamar más.
Esta función reguladora incide en el funcionamiento del sistema inmunitario equilibrando la producción de citoquinas y linfocitos, del mismo que participa en la integridad de los procesos de la epidermis.